Juan Cano de Arévalo (1656-1696) fue un pintor barroco español.
Nacido en Valdemoro, fue discípulo según Ceán Bermúdez de Francisco Camilo.
De temperamento inquieto viajó a Andalucía, donde trató con Antonio García Reinoso, informante de Antonio Palomino antes de llegar a conocerlo personalmente en Madrid.
Aficionado a la esgrima, murió en Madrid tras resultar gravemente herido como consecuencia de un desafío que tuvo en Alcalá de Henares, asaltado por los amigos de su rival al que había derrotado tras disputar por el asiento en una fiesta de toros.
Aquí se conserva además una pintura al óleo firmada con San Antonio de Padua y la Virgen.