En 1880 viaja a Roma donde hace diferentes cursos, hasta que se encontró con el Monseñor Nazareno Marzolini, quien lo orienta hacia la pintura religiosa y lo presenta al director de los Palacios Pontificios, siendo empleado como restaurador.
Entre sus obras maestras hay un gran lienzo todavía presente en Macerata, que representa a Torquato Tasso presentando su poema Jerusalén liberada, considerada su obra maestra: “Torquato Tasso presenta la “Gerusalemme liberata’ all’Accademia dei Catenati in Macerata”.
[5] En 1909, a sus 50 años, Cingolani emigra a la ciudad de Santa Fe, Argentina, donde vivía su hermano Enrico Cingolani, un próspero empresario del rubro del comercio de vinos.
Fundó su propia academia en la sede de la Unione e Benevolenza (años después Dante Alighieri), enseñando las técnicas quattrocentesche, la perfección del dibujo y su talento para el detalle caracterológico, además de dedicarse a la tarea docente en el Colegio Nacional, la Inmaculada Concepción y el Colegio Nuestra Señora del Calvario.
[8] Entre sus alumnos se encontraban el italoargentino Ludovico Paganini y el tucumano Timoteo Navarro.