También fue juez auditor honorario del Tribunal de la Rota y consejero de Instrucción Pública.
[1] En 1858, a propuesta de su pariente, el también académico Aureliano Fernández-Guerra, fue nombrado académico de la Real Academia de la Historia en sustitución de Juan Bravo Murillo que no había llegado a aceptar el nombramiento.
El mismo año también fue nombrado académico de la recién creada Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
[2] Entre 1821 y 1825 hizo varios recopilaciones, estudios y mapas sobre toponimia de la historia antigua de España.
[3] Desde 1903 se encuentran en la Biblioteca del Ministerio de Cultura.