Hijo de padre francés y madre española, su familia había ejercido elevados cargos en Francia y se trasladó a España en los últimos días del reinado de Carlos IV.
Abrió consulta de urología e ideó un aparato para destruir cálculos, que presentó a la Academia.
[3] Muy dedicado a las autopsias, "consiguió rectificar la mayor parte de las inserciones musculares, que eran tenidas por indiscutibles en los libros clásicos y que estaban plagados de errores".
Dispuso en su testamento ser enterrado sin nombre en la fosa común junto a los pobres y desheredados que morían en las clínicas.
Asimismo, editó un estudio sobre la "bocina de cordón", un estetoscopio que inventó.