En 1903 gana por oposición la canonjía electoral que lleva aparejada la Cátedra de Sagrada Escritura en el seminario pontificio y ejerce como rector de la Iglesia del Sagrario, anexa a la catedral sevillana.
Compaginó su carrera religiosa con la escritura, siendo alentado a escribir por el citado Marcelo Spínola, fundador de El correo de Andalucía, y a raíz de entablar amistad con otras personalidades literarias como el poeta Francisco Rodríguez Marín o el cronista Luis Montoto.
[1] En 1902 inicia correspondencia epistolar con el escritor egabrense Juan Valera y en 1903 con el santanderino Marcelino Menéndez Pelayo.
Es destacable también su labor periodística, colaborando con los periódicos El Universo, El Carbayón, El correo español y El debate, así como sus dotes oratorias.
Siendo canónigo de la catedral de Sevilla, dónde en mayo de 1920 defendió con ahínco la celebración del funeral del torero Joselito el Gallo en la catedral, hecho al que la alta sociedad y aristocracia andaluza se oponía por ser torero y además pertenecer a la etnia gitana.