Frecuentaba el oratorio que actualmente es el Santuario de Jesús Misericordioso, donde conoció a las piadosas hermanas Dourrón y al Padre Víctor.
Realizó numerosos cursos de perfeccionamiento y participó en congresos nacionales e internacionales, siempre como miembro activo.
Peronista por convicción e hincha fanático del Club Ferro Carril Oeste, desde niño iba a la cancha con su padre y hermanos.
En 1985 conoció en el Instituto José C. Paz a Adriana Eva Romero, quien fue su fiel colaboradora y compañera.
Era su casa, aunque vivía en su departamento de Blanco Encalada y Av.
Dejó una prolífica obra literaria, varios artículos periodísticos y numerosos trabajos de investigación.
Escribió numerosos artículos periodísticos en revistas “Aguas”, “Lo que faltaba”, y "Gente de Ferro".