Trabajó en el ámbito mercantil y se trasladó a Sevilla, para luego tomar también participación en su empresa y de ahí también pasó a ayudar a crear bancos de giro e institutos de crédito comercial hipotecario.
Tras el crecimiento de su capital pudo consagrarse a la vida política.
Dadas sus reformas y su gestión, con un oportuno instinto, Isabel II le definió como Alcalde-Modelo.
También fue el primero que descentralizó distintos servicios municipales en distritos, y cerró con la actual verja la Fábrica de Tabacos.
En su memoria, en el año 1874 el Ayuntamiento de la ciudad rotuló con su nombre la antigua "calle del Mar", hoy calle García de Vinuesa, lugar donde tuvo su residencia.