En los años 40 dirigió Industrias Cerámicas Unidas, de la cual era copropietario el Dr. Carlos Ramírez Corría.
En los años 50 comienza a impulsar el desarrollo de la cerámica artística en Cuba.
En su taller dieron los primeros pasos René Portocarrero y Amelia Peláez (en 1953, Amelia Peláez realizó un gigantesco mural de cerámica que fue montado en la fachada del antiguo Tribunal de Cuentas, hoy Ministerio del Interior).
Fuego y arte, en la Galería Amelia Peláez, en Ciudad de La Habana.
Colaboraron en la pintura del gigantesco mural tanto Marta Arjona, como Mirta García Buch y Rebeca Robes.