Juan Pérez de los Cobos

De estos y otros negocios resultó una cierta afluencia económica.

Por ejemplo, en su testamento se ve que tenía un manocordio y dejaba a su discípulo Ginés Navarro «un arpa, las pautas, las tablas y papeles de la música».

Hacia 1712 debió caer gravemente enfermo, ya que realizó un testamento.

Dos años más tarde solicitaba al cabildo que su discípulo Ginés Navarro fuese nombrado sucesor.

[1]​ No se conocen obras suyas que hayan sobrevivido.