Le llamó la atención una placa de plomo colocada en los restos del fuerte y la arrancó.
Allí descubrió que el lugar era visitado por cazadores de lobos marinos, quienes habían trabajado en la huerta y construido una fragua.
Callejas era en ese momento primer piloto de la Armada Española y comandaba el bergantín Nuestra Señora del Rosario.
[1][9] El día 25 Callejas desembarcó con su tripulación nuevamente para reconocer en detalle lo que quedaba sin dañar.
Allí llevó una carta de Viedma donde éste le informaba al virrey sobre sus tareas efectuadas y elogiado a Callejas por sus ayudas en el levantado de construcciones, mapas y planos.
Se solicitó el ascenso a Callejas como comandante del río Negro.
Callejas se quedó en Buenos Aires y la expedición finalmente la realizó Basilio Villarino en 1783.