Juan Rivera García

Su padre, Trinidad Rivera Olvera, quien vivió hasta la edad de 94 años, le enseñó el oficio de pintar,[1]​ en la época de su padre había dos pintores más que hacían retablos, Juvencio Rojas y Felipe Urbiola.

Esta tradición, casi desaparecida y que tuvo su auge durante los siglos XVIII y XIX, sobrevivió casi de manera exclusiva en las manos de Juan Rivera.

Muchas veces la escena contenida representa a la persona que ha pedido el favor o milagro hincada con una vela encendida.

[4]​ Generalmente, son hechas en latón, rodeadas con escenas religiosas y con el retrato del difunto a quien se dedica.

El uso de los exvotos y retablos es una tradición religiosa predominantemente indígena otomí.