Hombre destacado por su virtud, el gobierno y las letras,[2] estudió en la Universidad de Salamanca, donde además era lector de Artes y maestro de estudiantes, así como lector de Teología en el Colegio de Santo Tomás de Alcalá.
[3] En la misma ciudad tomó los hábitos en el convento de San Esteban, ingresando en la Orden de los Predicadores.
[4] Dentro de los dominicos ejerció como prior en Talavera de la Reina, Salamanca y Palencia; fue nombrado provincial de España de la Orden en 1585, procurador general años después y finalmente comisario apostólico para la reforma de la Orden del Monte Carmelo en las Carmelitas descalzas.
[3] El rey Felipe II le nombró confesor del príncipe-cardenal Alberto de Austria, a quien asistió mientras gobernaba de virrey en Portugal.
[4] Más tarde, el monarca le confirió el obispado de Ávila, del que tomó posesión el 29 de agosto de 1596 y en el que permaneció dos años.