Anduvo algún tiempo por los territorios panameños y cuando Francisco Pizarro pedía auxilio para sofocar la rebelión incaica promovida por Manco Cápac, acudía al llamado de Pizarro y se integraba en la conquista peruana.
Combatieron con los indios que le salieron al paso y Juan de Acosta fue herido de un flechazo, pero al fin dominaron la situación y los españoles consiguieron abundantes suministros.
Posteriormente entraba en juego el virrey Blasco Núñez Vela y su misión principal era hacer cumplir las Leyes Nuevas, pero Gonzalo creyéndose invulnerable, se opuso a esta medida y agriamente se enfrentó con este virrey.
De todas formas, Acosta desempeñó su encargo tomando algunos prisioneros realistas y ahorcando a los que le pareció.
Aunque Centeno contaba con mayores efectivos, era derrotado por Gonzalo, que con esta victoria se convierte en caudillo peruano.
Unos días antes de producirse la batalla, La Gasca envió un emisario a Gonzalo para que desistiese de pelear y se entregase para evitar el enfrentamiento y las muertes que se producirían, pero Gonzalo no prestó oídos al requerimiento.