Juan de Almoguera

Reguló las festividades religiosas, para evitar que se contagiaran de exceso profanos.

En Arequipa favoreció al Convento de Santa Catalina y consagró la catedral.

En Lima reinauguró la catedral, y solicitó la fundación de un monasterio para monjas trinitarias.

[6]​ Su gobierno episcopal se distinguió por su celo en la formación sacerdotal, así como en la estricta observancia de las reglas litúrgicas.

Erigió su primer altar mayor y la adornó con buenos retablos.

Todos los años en el día de Corpus Christi enriquecía su custodia con alguna alhaja valiosa.

y dio una cuantiosa limosna para edificar la Iglesia Parroquial de Santa Marta.

El virrey Conde de Santisteban le encomendó ir a Laicacota para que se redujera a los hermanos Salcedo, mineros andaluces que habían convulsionado toda esa región por su rivalidad con los vascos (1666).

Tras un momentáneo apaciguamiento, Almoguera no pudo contener la revuelta, y más bien empeoró la situación al mostrar su inclinación por el bando de los Salcedo.

La edición fue incautada y desde entonces Almoguera recibió el apelativo de “El Obispo del Libro”.

[6]​[16]​ Moderó las fiestas y procesiones religiosas, prohibiendo los convites durante dichos eventos.

[14]​[15]​ Reinauguró la Catedral de Lima, a la que quiso dedicar un nuevo y más suntuoso altar mayor, pero no pudo ya cumplir este último deseo, pues le sorprendió la muerte.

[6]​[11]​ Falleció a los 71 años de edad, habiendo gobernado sólo un año y diez meses en Lima.

Pero se obvió su deseo y fue colocado en la bóveda que está debajo del altar mayor.

Fachada del Monasterio de las Descalzas Reales (Madrid) , donde Almoguera dio una prédica que fue celebrada por el rey Felipe IV.
Interior del Convento de Santa Catalina (Arequipa) , que fue favorecido por el obispo Almoguera.
Grabado que representa a la Catedral de Lima , en el siglo XIX .