Juan de Araoz y Caro

Entre 1757 y 1763 ya como capitán de fragata emprende diferentes acciones marítimas en que fue llamado "el libertador", tras recuperar varias embarcaciones españolas apresadas por los argelinos cuando eran conducidas a los puertos de Berberia.

Esta consistía en evitar el acoso por parte de los holandeses a los buques españoles.

[3]​ Carlos III le encargó a continuación volver a combatir la piratería que asolaba a las costas del mediterráneo de Su Majestad Católica como comandante de una división compuesta por dos fragatas de guerra y cuatro jabeques.

En 1796, tras el abandono español de la isla de Santo Domingo, recibió personalmente en La Habana los restos del almirante Cristóbal Colón, para que seguidamente reposaran en su catedral.

Tras conocer los intentos británicos de apoderarse de la isla de Puerto Rico, se apresto a organizar su defensa, frustrando el ataque a San Juan, repeliendo la invasión iniciada por las tropas británicas en la playa del Cangrejo en 1797.

Entre otras muchas labores cercó el astillero, creó un hospital en su interior y como dato curioso, fue pionero en dotar de cadenas eléctricas y pararrayos a todos los edificios de la marina, así como a todas las embarcaciones de guerra.

Juan Araoz y Caro con uniforme de brigadier y venera de la Orden de Montesa , en 1780. Al fondo se ve el navío de línea de 74 cañones San Lorenzo .
Escuadra del Apostadero de La Habana, 1850.
Juan de Araoz y Caro. Cuba, 1805, con uniforme de teniente general y capitán general honorario del Departamento de la Habana, luciendo la banda y placa de la Real Orden de Carlos III . Museo Naval de Madrid.