Juan de Montecorvino

Tras ingresar en la orden franciscana, se dedicó a la predicación del cristianismo en el Próximo Oriente, llegando en sus viajes hasta Persia.

Allí permaneció durante trece meses, logrando, según sus escritos, la conversión y el bautizo de aproximadamente cien personas.

Este, aunque no se convirtió al cristianismo, tampoco impidió s a su labor misionera.

Durante once años Juan trabajó en solitario hasta que en 1304 se le unió el franciscano Arnoldo de Colonia.

La iglesia china sólo le sobrevivió cuarenta años, ya que la caída de los mongoles de la dinastía Yuan y su sustitución por la dinastía china Ming supuso el cierre del país a toda influencia exterior, incluido el cristianismo.