[2] Con 16 años de edad se trasladó a Madrid buscando trabajo.
Luego pasó a formar parte de la comunidad de Buenos Aires hasta 1930, año en el que fue trasladado al convento de San Carlo alle Quattro Fontane en Roma.
Tenía un talento especial y una gran creatividad para la catequesis de los niños, entre los que era conocido por su carácter alegre.
Finalmente fue fusilado con los otros, en la madrugada del 24 de septiembre, junto a la tapia del cementerio de Cuenca.
Juan contaba con solo 38 años de edad y parece que era consciente de la certeza del martirio, pues cuando examinaron sus restos, en 1939, le encontraron en un bolsillo del pantalón un papel en el que había escrito: «Soy Juan Joya Corralero, de Villarrubia de Santiago (Toledo)», con lo cual se le pudo identificar.