Juana Alarco de Dammert

Al regresar al Perú en 1886, hubo de atender a la restauración de los estragos que la guerra y la ocupación extranjera causaran en sus bienes familiares.

Recibió apoyo del presidente Andrés A. Cáceres y prestó invalorables servicios durante la guerra civil que ensangrentó las calles de Lima en 1895.

Durante los dos meses siguientes continuó como hospital de sangre provisional.

Con tal fin, numerosas voluntarias fueron capacitadas como maestras, y como anexo se abrió un consultorio de atención médica gratuita.

Sobre un terreno donado por la Beneficencia Pública fundó en 1902 la primera cuna materna para atender durante el día a los hijos de las madres trabajadoras.

Esta cuna o guardería, que se instaló en la entonces calle Los Naranjos, en Barrios Altos, sirvió de ejemplo para superar la antigua casa de expósitos.

Durante muchos años, se realizaron celebraciones masivas por el día de la Madre en este parque, rindiendo homenaje a la “abuelita de los niños”.