Juana Elena Blanco

Su fin era alejar al niño de toda influencia que pudiera afectar negativamente su conducta.

[3]​ Fallece en Rosario en 1925 y sus restos fueron depositados en el Cementerio El Salvador de la misma ciudad, en un mausoleo que fue costeado con el aporte popular como agradecimiento a la labor de la educadora por la niñez desvalida.

Una idea concebida a la luz del positivismo de ese entonces.

Dicho ahora parece una simpleza, pero para aquel entonces, para la escuela del silencio, del permiso que el chico debía pedir constantemente para moverse y hablar, era revolucionario".

[5]​ Una calle y una escuela técnica de la ciudad argentina Rosario, llevan su nombre.