Por su influencia se crearon liderazgos locales contra la opresión de latifundistas, empresarios, ganaderos y élites políticas.
[3] En Montería, buscó al dirigente italiano Vicente Adamo sobre el cual ejerció gran influencia.
[9] En esta misma línea, en lo que en el siglo XXI es el departamento de Córdoba, "los campesinos ocuparon tierras y fundaron colonias agrícolas autónomas en Loma Grande, Canalete y Callejas; bajo la dirección de Adamo, la misma Juana Julia y otros dirigentes locales (influyendo así), en una dinámica nacional de sociedades campesinas cada vez más fuertes en sus reclamaciones".
En 1970, con 80 años, seguía dando asesorías en la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), y en un testimonio un campesino la recuerda como una "señora ya viejita" que les contaba cómo fueron las invasiones en la década del 50, la "época de las recuperaciones" quien les daba importantes lecciones sobre cómo comportarse cuando iban a invadir, tanto así, que la recuerda en "la toma a la hacienda La Ceibita cerca a Cereté, cuando ella nos acompañó y nos enseñó desde su experiencia".
La muerte la encontró “en el ranchito de paja del barrio Granada (Montería) que compartía con la lavandera y cocinera Ana Méndez”.
La llamaron «robatierra», y a sus seguidores «maricones» (por permitir el mando de una mujer); sin embargo, su respuesta a estos ataques dice mucho de lo que significó su lucha: «el cobarde no hace historia».