Juhayman al-Otayb

Otros autores, como Joseph A. Kéchichian, han negado que Juhayman no supiera leer o escribir, ya que poseía un gran conocimiento de la literatura religiosa y, además, fue el autor de varios trabajos en árabe culto.

Allí, recibió clases en Dar-al-Hadiz, una antigua institución especializada en las enseñanzas del Hadiz y afiliada a la Universidad de Medina.

[7]​ Gracias a su carisma, edad y pedigrí tribal, Juhayman alcanzó, muy pronto, protagonismo en la JSM.

[6]​ En diciembre de 1977, las autoridades saudíes, tras recibir varios informes sobre la radicalización del movimiento, llevaron a cabo una redada en la casa que el grupo compartía.

[9]​[8]​ Gracias a un soplo que recibe horas antes por un infiltrado en la policía, Juhayman consigue escapar y se refugia en el desierto.

[9]​ Desde la redada en Bayt al-Ikhwan -la casa que compartía La Hermandad-, Juhayman ya no contaba con un foro donde reunir a sus seguidores y comunicar su ideología.

Por ello, comenzó a registrar todas sus reflexiones en cintas de casete y en panfletos, que todavía se siguen conservando.

[10]​ Existe una gran controversia en torno a la autoría de Las Cartas, ya que únicamente ocho de ellas fueron firmadas por Juhayman y, además, éstas tampoco fueron redactadas directamente por él, sino dictadas a sus acompañantes.

El segundo concepto es el de los “lazos de fe más fuertes” -awthaq ‘ura al-iman, que representa las fuertes conexiones que unen a los musulmanes e imponen entre ellos una solidaridad mutua .

‘Abdallah, como el Profeta; segundo, decía pertenecer al linaje del Profeta o Ashraf; y, por último, su apariencia física se acercaba a las descripciones del Mahdi en la tradición escatológica islámica.

Muchos miembros, no estaban convencidos con estas nuevas revelaciones mesiánicas y abandonaron el movimiento.

Durante los meses anteriores al ataque, los rebeldes se entrenaron con las armas en varias zonas rurales[18]​ y en el desierto.

Asimismo, se abastecieron de radios[20]​ para seguir las noticias que llegaban del exterior.

[16]​ La situación desembocó en un sitio que duró dos semanas y dejó ciento treinta muertos y alrededor de doscientos heridos,[23]​ exponiendo serias carencias en la capacidad de las autoridades saudíes para responder a las crisis.

[5]​ las autoridades saudíes retomaron el control del santuario con la ayuda de tres fuerzas especiales francesas.

[24]​[3]​ Las personas condenadas a muerte no fueron necesariamente los miembros más prominentes de la organización, sino los que habían participado en la etapa final del asedio y sobrevivieron.

Para determinar quién había combatido y quien no, se realizaron numerosos exámenes médicos.

[24]​[3]​ En apenas unos pocos meses, la organización de Juhayman fue casi completamente desmantelada, al menos en Arabia Saudita.

[30]​ La influencia ideológica extranjera más importante en la JSM vino de la escuela Ahl-al-hadith, del Sheikh al-Albani, grupo apolítico y no violento.

[34]​ Una última interpretación del ataque, favorecida por la izquierda árabe de aquella época, es que el evento fue en realidad una rebelión del pueblo en la que la “desposeída clase trabajadora saudí se levantó contra la rica élite”.

No obstante, el primer paso para analizar lo ocurrido es distinguir entre la JSM, por un lado, y la Hermandad de Juhayman, por otro.

Por una parte, el auge de la JSM parece estar relacionado con tres importantes cambios en la sociedad saudita durante los años sesenta y setenta: el aumento del conservadurismo social del establishment religioso, que sentía que estaba perdiendo el control de la sociedad; la llegada de nuevas corrientes ideológicas que proporcionaban alternativas al orden religioso y político establecido; y, por último, las tensiones socioeconómicas resultantes del rápido proceso de modernización en el Reino saudí.

Al movimiento se unirían desde egipcios hasta yemeníes, sirios, palestinos e, incluso, afroamericanos.

Sus miembros crearon conexiones con algunos de los movimientos islamistas más radicales del momento, como los egipcios “Hermanos Musulmanes”.

[40]​ Las referencias ideológicas de los Ikhwan eran el sheikh Muhammad Nasi ad-Din al-Albani, quien introdujo en el grupo la crítica de los hadices, algo que hasta ese momento había estado limitado a unos pocos juristas.

Esta honestidad teórica pronto llevaría al grupo a cuestionar los principios fundamentales del poder en el Reino de Arabia Saudita.

[42]​ Sin embargo, las diferencias del grupo de Juhayman con respecto a otros movimientos eran más bien políticas que de rechazo al mundo moderno: o bien tenían que ver con detalles ahistóricos de la práctica ritual -como la llamada a la oración o la condición jurídica del ayuno durante el mes de Ramadán- o bien, estaban relacionadas con el rechazo del grupo a todo aquello vinculado al gobierno -el grupo prohibió entre sus miembros los carnets de identidad y los pasaportes, el trabajo en empleos públicos o el servicio militar-.

[8]​ Mientras que el líder y la mayoría de sus seguidores se oponían públicamente al gobierno y a la familia reinante, otros miembros de la organización estaban dispuestos a integrarse en las instituciones religiosas oficiales.

Miembros de la Hermandad de Juhayman tras ser detenidos por las autoridades saudíes en diciembre de 1979