Juliana Larena y Fenollé

Muy joven se trasladó a Zaragoza, donde a los 18 años le sorprenden los Sitios napoleónicos.

En el primer sitio actuó como enfermera atendiendo a los heridos en primera línea y concurrió personalmente a la defensa del reducto de El Pilar, uno de los lugares de mayor peligro del segundo sitio.

En el Archivo Parroquial consta que residió en su localidad natal hasta 1822.

Murió en Zaragoza, víctima del cólera, en 1835.

En el centenario de los Sitios de Zaragoza, y al igual que en la capital maña, se le dedica una calle en Ejea de los Caballeros.