Este golpe militar clausuró el Congreso Nacional, depuso a los miembros de la Corte Suprema y todos los gobiernos provinciales.
Disolvió la legislatura puntana y intervino el Poder judicial, como también derogó todas las leyes dictadas por el peronismo, además prohibió todas las imágenes, retratos, literatura, y nombrar al peronismo, penado por decreto.
Una vez controlada la provincia entregó el mando al General Julio Roullier.
El gobierno militar anunció un decreto mediante el cual se eliminan los cambios producidos en la reforma de la Constitución Nacional, en el año 1949; es decir, quedaban anulados los derechos de los trabajadores y el artículo que permitía la reelección presidencial.
San Luis cada vez se hundía en la pobreza, donde los terratenientes controlaban la provincial.