Hay una tradición en el Oberland bernés, apoyada por alguna evidencia documental, de que, antes del gran incremento de los glaciares, que parece haber ocurrido durante los últimos cuatro o cinco siglos, existía un paso practicable entre Grindelwald y Fiesch en el Valais.
En época moderna el antiguo paso ha sido discutido, y su posición precisa es un asunto incierto.
El resultado ha sido que se han efectuado no menos de cuatro pasos semejantes.
[2] No parece que la idea de intentar subir el lado septentrional del Jungfraujoch hubiera surgido alguna vez en la mente de nativos o extranjeros, hasta que algunos miembros aventureros del Club Alpino, animados por el éxito de una empresa que igualmente parece sin esperanza - el paso del Eigerjoch — decidieron hacer el intento.
Dos partidas separadas, que perseguían el mismo objetivo, se encontraron en Grindelwald en julio de 1862 y decidieron unir sus fuerzas para la subida.