No tiene pérdida, pues está situada en la segunda vía a la derecha según se entra en el Valle de los Reyes.
Globalmente, se podría decir que KV2 presenta el mismo perfil que el resto de las tumbas ramésidas, con poca inclinación y cámaras laterales, aunque es un tanto reducida en comparación con otros faraones.
Ésta a su vez tiene anexo un pequeño pasillo (K) con tres receptáculos (denominados Ka, Kb y Kc).
Además, es una tumba en cierto sentido innovadora, pues presenta por primera vez dos textos funerarios inéditos y de gran belleza.
Al haber estado abierta en toda su extensión desde hace siglos, no han hecho falta titánicas actividades para remover los escombros, ya que tan sólo hay registradas dos exacavaciones en la historia reciente: una en la temporada 1905-1906 por Edward R. Ayrton y otra en 1920 por Howard Carter, cuando éste ya trabajaba para el Conde de Carnavon.
Al morir Ramsés IV, su hijo y sucesor Ramsés V mandó enterrarlo en KV2, destinada a tal propósito, aunque sabemos que no estaba aún completa y tuvo que acabarse con precipitación.