[1][2] En una carta a su padre, Mozart compara este concierto con el n.º 16 en re mayor: "Considero que ambos son conciertos que hacen a uno sudar [porque son muy difíciles]; pero el concierto en si bemol mayor supera incluso al de re mayor en dificultad.
[4] La dificultad del concierto estriba ante todo en su diseño en escalas muy rápidas que deben ser tocadas perfectamente y también en sus acordes muy densos que se mueven arriba y abajo.
[5] La obra está escrita para piano solo, flauta, dos oboes, dos fagotes, dos trompas, y cuerdas.
[7] Simon Keefe ha observado comentarios contemporáneos al período de Mozart acerca de la escritura del viento-madera en este concierto, que muestra nuevamente en carácter "nuevamente intricado y sofisticado" comparado con los anteriores conciertos para piano de Mozart.
[8] Elaine Sisman ha postulado que Mozart modeló el movimiento lento como un movimiento de estructuras en variaciones sobre un tema inspirado en la Sinfonía n.º 75 de Joseph Haydn.