Fue el primer largometraje realizado por una mujer del África subsahariana que se distribuyó comercialmente y supuso el reconocimiento internacional de su directora.
La actual sequía en el pueblo ha afectado a su cosecha de cacahuetes y, como consecuencia, Ngor no puede pagar el precio para casarse con ella.
Se va a la capital de Senegal, Dakar, para intentar ganar más dinero y allí le explotan indiscriminadamente.
Al igual que en sus otros trabajos, la directora se preocupó de mostrar la cultura africana desde adentro, y no como una observadora objetiva.
[7] Sobre el estilo de filmación que usó en esta película y en su obra en general, la directora manifestó: «Aunque escriba un guión para mis películas, básicamente dejo que la gente se exprese libremente delante de la cámara y yo escucho.