Karl Mauch

[2]​ Mauch no logró financiación para su expedición y decidió gastar lo ahorrado en un viaje a Londres para documentarse.

Pidió financiación para buscar los restos del famoso reino y afirmó hacerlo en nombre de la recién unificada nación alemana.

Sus narraciones tuvieron cierta repercusión e inspiraron a Henry Rider Haggard para escribir su novela Las minas del rey Salomón.

Debió trabajar en una fábrica, pese a su depresión y delicado estado de salud, debilitado por las enfermedades contraídas en el trópico.

Terminó viviendo en el tercer piso de un hotel desde donde se cayó una noche al quedarse dormido junto a la ventana.

[6]​ Mauch no podía creer que aquellas construcciones pudiesen haber sido realizadas por los antepasados de las tribus locales.

[6]​ Según autores como Ndoto (1998), debido a los paradigmas científicos y culturales del siglo XIX, donde predominaba el eurocentrismo, Mauch y sus contemporáneos no se plantearon la hipótesis de que aquellas ruinas podían haber sido levantadas por africanos, solo por civilizaciones del entorno mediterráneo.

Del mismo modo, los abalorios encontrados, sí lo eran; pero los dató entre los siglos XV y XVI, por lo que no podían tener relación alguna con el rey Salomón.