[4] El tinte se origina en la hemolinfa del insecto, un fluido análogo a nuestra sangre.
Tres de ellas son las preferentemente usadas en la cría del insecto: palas (Butea monosperma), kusum (Schleichera oleosa), y ber (Ziziphus mauritiana).
Existen al menos dos variedades del insecto que se diferencian por su ciclo de vida y por sus preferencias en cuanto a la especie vegetal anfitriona.
Los enemigos naturales de esta especie incluyen varios parasitoides, como avispas parasitoides de la especie Tachardiaephagus tachardiae y Coccophagus tschirchii o depredadores como las polillas Eublemma roseonivia y Holcocera pulverea.
Como se ha dicho, es criado sobre el ber, jujube o ciruelo indio (Ziziphus mauritania), que también es cultivado por su fruto.
El color del insecto se hereda como un carácter gobernado por un único gen, siendo el carmesí dominante sobre el amarillo.
Un estudio reciente ha mostrado que el componente de antraquinona del tinte laca también posee efectos antineopásicos o anticancerígenos[11] Se ha propuesto que la cochinilla laca utiliza la ruta de los policétidos catalizada por la policétido sintasa para producir ácido laccaico, una molécula precursora en la biosíntesis de otros constituyentes del pigmento.
[12] Se ha utilizado como tinte para lana o seda, así como colorante en la industria alimentaria, para alimentos y bebidas.
Sus usos son amplísimos:[13] El ácido aleurítico (9, 10, 16-ácido trihidroxipalmítico), el cual se obtiene de la goma laca por saponificación.