Khalīl Al-Haddād

Trabajaba como profesor en Egipto cuando conoció a los capuchinos y decidió entrar en la Orden.

Profesó sus votos perpetuos en 1898 y fue ordenado sacerdote en 1901.

[3]​ Consiguió en propiedad la colina de Jall-Eddib, en la capital, donde edificó un Santuario en honor a la Santa Cruz, donde además, abrió un centro de atención para discapacitados, huérfanos y ancianos.

Al finalizar el mismo, recibió el decreto de virtudes, por el papa Juan Pablo II, el 21 de diciembre de 1992, por medio del cual se inició a llamársele venerable.

[4]​ Durante el pontificado del papa Benedicto XVI, en una celebración presidida por el cardenal José Saraiva Martins, el 22 de junio de 2008, fue proclamado beato.