Pero tras la posterior descalificación del kazajo por dopaje sanguíneo, la victoria fue adjudicada a Kirchen, que entró segundo en meta aquel día.
Además, terminó segundo en la cuarta etapa, una contrarreloj de 29,5 kilómetros en la que se impuso el alemán Stefan Schumacher.
[1] Paralelamente, también salió a la luz el positivo por la misma sustancia del tercer clasificado de la carrera, el austríaco Bernhard Kohl, con cuya descalificación Kirchen ascendió un puesto en la clasificación final y acabó en el mismo séptimo lugar que el año anterior.
Fruto de ello, cerró el año sólo con dos victorias y un discreto quincuagésimo séptimo puesto en la ronda gala.
Pero los resultados no le acompañaron al luxemburgués, que además se vio forzado a abandonar la competición en junio de ese mismo año tras sufrir una crisis cardíaca durante la disputa de la Vuelta a Suiza.