Kim Yong-man

Trabajó como policía, aunque más tarde se graduó y hasta obtuvo un máster universitario.

Fue la incapacidad de ser feliz solo con el éxito material lo que le llevó a escribir.

Quizá esta es la razón por la que en Las mujeres que aman a los monstruos, una mujer aparentemente virtuosa es violada por un ladrón y se queda embarazada, pero aguanta y cría al hijo para después llamarse a sí misma "puta".

Además, piensa que se puede descubrir la verdadera naturaleza de las personas a través del pecado.

En su primer recopilación de relatos cortos Tú eres mi mujer, hace una clara distinción entre el pecado y la vulgaridad.