La investigación se centra en delitos como el juego ilegal, fraude, extorsión y lavado de dinero.
La investigación se inició después de que la UEFA, el organismo rector del fútbol europeo, publicó un informe que indicaba al menos 40 partidos fijados en el país durante la temporada 2009-10.
Entre los 68 sospechosos mencionados por las autoridades judiciales el 24 de julio de 2011, destacan el presidente y propietario del Olympiacos, Vangelis Marinakis, quien fue absuelto,[1][2] y el jugador del mismo club Avraam Papadopoulos, junto con otros funcionarios del club, jugadores, árbitros y un jefe de policía.
El 28 de julio de 2011, se anunció que el Olympiakos Volos y el Kavala fueran relegados a la Football League, y su presidente Achilleas Beos y Makis Psomiadis no volvieran a ocupar cargos relacionados con el fútbol de por vida.
El 23 de agosto de ese mismo año se decidió que el este club y el Kavala fueran relegados finalmente a la Delta Ethniki, la cuarta categoría del fútbol griego.