Actualmente, La Costeña vende sus productos en México y en 40 países alrededor del mundo.
Compró una pequeña tienda de abarrotes llamada “La Costeña” donde se hizo popular por sus chiles serranos y largos en vinagre.
Empacó y vendió chiles en frascos de 20 kilogramos con alcohol para que duraran más.
En 1937, López decidió crear su propia empresa de jarras; esta decisión cambió el negocio.
La empresa siguió creciendo y para 1991, había fundado una nueva planta de producción en Sonora para la producción de salsa cátsup, vegetales y más.
En 2006, se inició un nuevo proyecto sobre una planta completamente automática; esta nueva planta funcionaría con robots; esta creación representa una producción mejor, más rápida y con más calidad.
La empresa cuenta con una amplia variedad de productos en diferentes presentaciones.
Algunos de ellos también se pueden mezclar con chorizo, queso, chipotle y chicharrones.