La Emergencia

La Emergencia (en inglés: The Emergency, en irlandés: Ré na Práinne) fue un eufemismo oficial usado por el Gobierno de Irlanda durante la década de 1940 para referirse a su posición política durante la Segunda Guerra Mundial.

El término ha permanecido en uso, por ejemplo, en contextos culturales e históricos, o en libros de texto.

Mantenía buenas relaciones con el Primer Ministro Británico, Neville Chamberlain y no solo fue capaz de conseguir que este aceptara la nueva constitución, sino que había resuelto ciertas diferencias económicas y negociado la entrega de los Puertos del Tratado (los tres puertos irlandeses que habían permanecido bajo jurisdicción británica después del Tratado Anglo-Irlandés).

[1]​ Adicionalmente, la información que se hacía pública al pueblo irlandés era cuidadosamente controlada.

En la declaración de la "Emergencia", Walshe pidió al embajador alemán en Dublín, Eduard Hempel que le asegurara que Alemania no usaría su cuerpo diplomático para labores de espionaje ni para atacar el comercio irlandés con el Reino Unido.

Viajó posteriormente a Londres, el 6 de septiembre, donde se encontró con el Secretario de Dominios, Anthony Eden, que fue conciliador y defendió la neutralidad irlandesa en sucesivas reuniones del gabinete británico.

Además, se acordó el nombramiento de Sir John Maffey como representante británico en Dublín.

Se había sugerido que Irlanda podría satisfacer las objeciones británicas declarando una neutralidad perpetua, similar a Suiza.

Para el gobierno de Irlanda, la neutralidad significaba no mostrar parcialidad por ningún bando.

Esas actitudes eran compartidas por Aiken,[2]​ Walshe,[3]​ y hasta cierto grado por de Valera, quien rechazó aceptar el peligro que para la democracia en Europa representaba la Alemania nazi.

Durante la primera parte de la guerra, Aiken y Walshe predijeron la derrota británica, creyendo además que sería ventajoso para Irlanda.

Aunque después hubo un ataque el 4 de mayo, éste sólo dañó los muelles y astilleros.

Sin embargo se ha discutido que este bombardeo aéreo fue una advertencia deliberada por parte de Alemania de no ayudar al esfuerzo aliado (debido a que los bomberos de Dublín habían ayudado a apagar los incendios en Belfast y por tanto los astilleros habían entrado en funcionamiento más rápido), aunque en realidad parece más bien un error.

En ese momento, Alemania se disculpó diciendo que los vientos altos habían desviado los aviones.

Eduard Hempel, cabeza de la Delegación Alemana en Dublín dijo que eran aviones capturados siendo pilotados por británicos.

Se sugirió que Irlanda podría satisfacer las objeciones británicas declarando neutralidad perpetua, similar a Suiza.

Esto dio lugar a que una significativa parte de la sociedad y gobierno irlandés, del cual de Valera era parte, afirmara que había una equivalencia moral entre los Aliados y el Eje.

La neutralidad irlandesa durante la II Guerra Mundial tuvo amplio apoyo con solo un voto en contra en el Dáil Éireann (la cámara baja del parlamento), de James Dillon, quien argumentaba que el Senado debería estar del lado de los aliados.

El ejército alemán también hizo planes detallando como una invasión de Irlanda podría llevarse a cabo.

Estos miedos llevaron a otro plan de inteligencia alemana- Operación Osprey, pero fue abandonado cuando la temida invasión estadounidense nunca ocurrió.

Ellos siempre habían buscado asegurarle a de Valera que cualquier invasión por sus tropas sería solo por invitación.

Las confirmaciones de los británicos no consolaron del todo a de Valera, y sospechaba frecuentemente, mientras las fuerzas alemanas no amenazaban al Reino Unido, que los británicos pudieran invadir Irlanda.

Por ejemplo, en Kilkenny en 1945, una carta a un periódico local declaraba que los filmes en Belsen era "sólo propaganda" y había sido fingido por los británicos usando hindús hambrientos.

Sin embargo continuaba diciendo que "Las atrocidades aliadas no pueden excusar el barbarismo monstruoso del Reich.

Churchill alabó la resistencia del Reino Unido para no ocupar Irlanda para asegurar las "Aproximaciones desde el Oeste" durante la Batalla del Atlántico: De Valera le contestó a Churchill en otra transmisión de radio, que fue popular entre mucho nacionalistas irlandeses.

En general ellos se veían defendiendo a Irlanda así como al Reino Unido y apoyaban la neutralidad irlandesa.

Opiniones en la República sobre los voluntarios irladeses queda algo dividida y el asunto permanece siendo sensible para muchos.