Sin embargo, las fuentes que hablan de ella son muy discutidas y la misma existencia de esta sociedad es cuestionada por varios historiadores modernos, dado que solamente se cuenta con testimonios literarios.
Toma su nombre del sigiloso animal depredador nocturno de excelente vista, oído y olfato, la garduña (Martes foina).
Según la leyenda, a un ermitaño llamado Apolinario (posteriormente fue canonizado) se le apareció la Virgen, explicándole que los musulmanes se habían asentado en España como castigo divino al dejar de atender las obligaciones cristianas.
[3] Después se habría desarrollado mucho en Sevilla, hacia donde iban a parar las perlas, gemas, esmeraldas, oro y plata de la recién descubierta América, con el consiguiente auge de la industria del lujo, la banca y la criminalidad asociada a la riqueza.
La cúpula estaba formada por un directorio secreto de altos protectores, a los cuales sólo tendría acceso el Hermano Mayor o Gran Maestre, un personaje de alta condición social que maneja los hilos y tiene a sus órdenes diversos capataces.
Había una Garduña por cada ciudad, las más poderosas eran las de Sevilla y otras ciudades portuarias.
Por último, están los fuelles o aprendices, de los cuales hay diversos tipos: soplones, chivatos, coberteras y sirenas.
Se habría disimulado como una orden religiosa, arrogándose el derecho divino a robar y asesinar.
Sacaría su capital humano de los marginados, galeotes, soldados pobres, pícaros, estafadores, cuatreros, seminaristas y curas expulsados y estudiantes pobres sopistas o tunos (de donde viene la palabra tunante).
Como sociedad esotérica no tendría al parecer documentos escritos ni estatutos, comunicándose las normas a través de la iniciación y las posteriores elevaciones de grado, y la traición a dichas normas no escritas se pagaría con la vida.
[5] Sin embargo, un incendio en la Audiencia de Sevilla en 1918 acabó con este libro y todas las pruebas que allí se almacenaban.
Otras organizaciones de similar duración, como la Masonería, las tríadas chinas o la Camorra italiana las tienen en abundancia.