Los principales objetivos fueron la devastación y saqueo de poblaciones costeras y el asedio al comercio marítimo del Imperio Español Hispanoamericano, como continuación de las guerras libradas en Europa.
[3][4] Sus elementos característicos fueron fijados en el libro de aventuras La isla del Tesoro (1883).
A principios del siglo XVI las naciones europeas se rebelaron contra el monopolio hispano luso sobre América, el Nuevo Mundo, establecido en el Tratado de Tordesillas (1494).
El ataque a los territorios de soberanía española y el comercio en Hispanoamérica se produjo desde varios frentes.
[8]En 1650 una expedición española desalojó a los piratas ingleses establecidos en las islas de la Bahía (Honduras) y la base de Port Royal en Roatán, situado frente al puerto Trujillo español.
En 1674 Carlos II de Inglaterra concedió el perdón real a Henry Morgan, líder de los ataques a Maracaibo (Venezuela), Camagüey (Cuba), Chagres o Portobelo (Panamá).
Como gobernador, puso fin a la piratería en Jamaica y se convirtió en el productor de azúcar más rico.
Además, por primera estas naciones dejaron de tolerar o promover la piratería ilegal propiamente dicha.
[19]De esta circunstancia es ejemplo Negro César de la banda pirata del inglés Barbanegra.
Las disputas por ascender eran constantes, así como los motines por el control de la banda o el barco.
Para lograr mantener la cohesión de la tripulación eran claves el liderazgo y el reparto del botín.
Las flotas piratas contaban con embarcaciones pequeñas, ligeras, rápidas y maniobrables para el acecho a naves mercantes.
Además, contaban con buques artillados procedentes de sus capturas o propiciados por las naciones que les respaldaban.
[20] Los abordajes en el mar variaban entre el saqueo de la carga únicamente o la presa del barco con su tripulación, a la que sometían violentamente.
Originalmente coureurs des bois en la isla de La Española (actualmente Santo Domingo y Haití), cazaban bueyes salvajes.
Esta carne conservada permitió el comercio con barcos de pasaje o en colonias aisladas.
Obligados a sobrevivir con pocos recursos, eran expertos en construcción naval, navegación y caza.
[21] Filibustero es una palabra que en ocasiones aparece relacionado con la piratería del Caribe en la Edad Moderna.
A continuación del respaldo de las naciones europeas a su actividad delictiva contra sus enemigos, a los piratas se les atribuían expediciones épicos y cualidades positivas como coraje o valor, minusvalorando su violencia y crueldad en los episodios de saqueo, torturas, secuestro y destrucción de las poblaciones.
En este sentido se evocaban sus apodos como Brazo de Hierro, la Roca, o el Cruel.