La Glorieta (Murcia)

Esta plaza se sitúa donde antiguamente se encontraba el Daraxarife o Alcázar del Príncipe, junto al cauce del río Segura, en el llamado Arenal.

[4]​ El nuevo Palacio Episcopal de estilo barroco-rococó (edificado sobre el antiguo palacio del Marqués de los Vélez entre 1748 y 1768) y el nuevo edificio del Ayuntamiento (precedente del actual) dieron la primera impronta urbana a este espacio.

Tenía además, cuatro amplias puertas orientadas cada una hacia un punto cardinal: Norte, Sur, Este y Oeste.

[5]​ En el año 1908 se producen nuevas reformas, eliminándose las puertas, las verjas y los postes que formaban parte de su diseño, convirtiéndose en un lugar abierto.

Desde tiempos del rey Alfonso X, la municipalidad de la ciudad ha ocupado el mismo solar pues dicho rey donó el antiguo Alcázar del Príncipe o Daraxarife a los magistrados concejiles de Murcia en 1267.

En el otro extremo de la Glorieta, situado ya en la contigua plaza de Martínez Tornel, se sitúa el edificio neomudéjar del antiguo Hotel Victoria, de 1885 y que constituye el cerramiento arquitectónico del otro extremo del espacio urbano.

Este hallazgo demostró que la actual glorieta estaba ocupada por las viejas murallas de la ciudad y el espacio que separaba a éstas del cauce del río.

Entre 1822 y 1827, el arquitecto Francisco Bolarín diseñó un monumento en honor al rey Fernando VII que fue colocado en la Glorieta.

La plaza está presidida actualmente en su lado oriental por una estatua monumental del Cardenal Belluga, que fue nombrado Obispo de la Diócesis de Cartagena en 1705 y virrey del reino de Murcia por Felipe V, realizada en bronce por el escultor Juan González Moreno en 1958 y situada en un espacio elevado frente a la fachada del Palacio Episcopal.

Imagen de los jardines y fuentes de la Glorieta.
Toma del Ayuntamiento, en la Glorieta, por los insurrectos de Antonete, en La Ilustración Española y Americana (1872).
Fachada de la Glorieta del Palacio Episcopal .
Estatua del Cardenal Belluga en La Glorieta.