Actualmente conocido por su castillo del siglo XV y que tiene unos 5000 habitantes.
Eran edificios que ahora albergan paradores, monasterios de recogido silencio o campos que se han convertido en grandes fábricas fueron el terrible escenario de humillaciones, palizas y trabajos forzosos en los que miles de prisioneros de guerra, que siguieron sin libertad incluso al finalizar el conflicto, vivieron en condiciones infrahumanas.
Los responsables de este establecimiento se negaron a admitirles y los que los conducían los llevaron al Monte de Villadangos donde les tirotearon y abandonaron.
Éstos fueron Víctor Pérez Barrientos, Marcelino Quintano Fernández, Jesús Luengos Martínez, Urbano González Soto.
Nunca hice mal a nadie, pero el tener ideales se paga caro en la vida.