El paraje recuerda, aunque con dimensiones más modestas, a la famosa Yecla de Santo Domingo de Silos que se encuentra a tan solo 6 km al este.
El mayor tiene una profundidad de al menos 10 metros y es conocido como la Cueva de los Moros, estando su entrada un poco por encima del nivel que mantiene la senda durante todo su trazado.
Existen al menos 4 puntos en que se interrumpe el suelo de la senda.
Una explicación es que sobre esos bancos se levantara un muro o unas pilastras que permitieran llegar a la altura del resto de la senda y así dar continuidad a la estructura.
En el lado de Tejada con la estructura bien conservada se puede comprobar como las dimensiones del supuesto camino son exiguas y totalmente inadecuadas para caminantes bípedos, especialmente si portaban equipaje, armamento o se hacían acompañar de animales mayores al tamaño de un perro.
Si la obra fuera camino los constructores se podían haber ahorrado al menos 80 metros de duro trabajo en la pared rocosa.
Sin embargo picaron la roca y con ello mantuvieron la cota de la estructura.
La distancia en línea recta entre la senda y el Castro de Solarana no llega a 12 km.
Entre los dos puntos la orografía es favorable no siendo necesarias obras de especial dificultad salvo la construcción del canal sobre el terreno.