En casos más severos, el lactante sobrevive, pero queda con un daño cerebral que se puede manifestar a nivel neurológico, por ejemplo, como un retraso en el desarrollo psicomotor o como una discapacidad intelectual; o a nivel fisiológico, por ejemplo, como una espasticidad.
La asfixia perinatal ocurre principalmente debido a una brusca disminución de la presión arterial de la madre u a otro obstáculo importante que interfiera con el flujo sanguíneo en el cerebro del lactante durante el parto.
[2] La asfixia perinatal puede ser causada por una encefalopatía hipóxica isquémica o una hemorragia intraventricular, especialmente en bebés prematuros.
[5][6] Existen controversias considerables sobre el diagnóstico de la asfixia durante el parto debido a razones médico-legales.
[12] Actualmente existe una controversia relacionada con las definiciones médico-legales y los impactos de la asfixia perinatal.