Las órdenes pedidas desde Londres aconsejaban que se hicieran los preparativos con "la mayor expedición posible y en secreto" para "tomar y destruir todos los asentamientos militares, pero se prohíbe saquear a los habitantes ni dañar la propiedad privada".
Los británicos embarcarían en botes desde Boston con destino a Cambridge para dirigirse al camino hacia Lexington y Concord.
Tras las noticias, este grupo de colonos decidió enviar jinetes al norte para extender el mensaje.
Revere no gritó la frase que posteriormente se le atribuiría ("¡Los británicos están llegando!").
[2][8] Revere, Dawes y Prescott fueron detenidos por una patrulla del ejército británico en Lincoln tras un encontronazo en el camino a Concord.
[4] Prescott consiguió escapar haciendo saltar su caballo sobre un muro, huyendo al bosque y pudiendo llegar a Concord.
Dawes también escapó, pero tras caer de su caballo después no pudo completar el viaje.
Él y otros cautivos tomados por la patrulla fueron escoltados hacia Lexington, hasta que a media milla de la ciudad escucharon un disparo.