La caleta olvidada es una película chilena de 1958 dirigida por Bruno Gebel.
[2] Dos hombres de la capital (padre e hijo) llegan a la caleta Horcones con el objetivo de convertir un viejo caserío en una empresa pesquera.
La idea de los forasteros entusiasman a los más jóvenes del lugar pero se encuentran con la desaprobación de los adultos.
Finalmente, los ancianos expulsan a los recién llegados, prefiriendo continuar con una vida humilde pero más apacible.
Sólo el hijo del industrial, seducido por la vida tranquila del lugar, renuncia a la ciudad y se queda con los pescadores.