La casa de las bellas durmientes

[1]​ Fue traducida por primera vez al castellano por Pilar Giralt Gorina en la colección La Casa de las Bellas Durmientes y otras historias (1978).

La novela cuenta la historia de Eguchi, un solitario anciano a quien un amigo le ha recomendado visitar una misteriosa posada atendida por una mujer madura.

En ella, los hombres mayores pagan para dormir junto a hermosas jóvenes que han sido previamente narcotizadas, pero con la condición de que no se realizará ningún acto sexual.

Durante las noches que Eguchi yace junto a las desnudas muchachas, evoca recuerdos de su vida amorosa y sexual, al igual que realiza reflexiones sobre el porqué de la posada y el efecto que causa en los ancianos dormir junto a mujeres de una edad tan distante.

No debía poner el dedo en la boca de la mujer dormida ni intentar nada parecido».