[1] La pintura ha sido interpretada como una alegoría de los sentidos, contrastando las experiencias de las hermanas, una ciega y otra vidente en el límpido paisaje.
[2] La primera, una joven bella y apacible a pesar de su pobreza, siente el calor del sol en su rostro, aspira el aroma del campo y acaricia una brizna de hierba, sugiriendo que aunque privada de la visión aun puede deleitarse con el oído, el olfato y el tacto, mientras que la segunda se protege los ojos del sol o la llovizna con el borde del chal con el que se han cubierto y mira sorprendida un doble arcoíris que acaba de aparecer en el cielo oscurecido, emoción que la niña trasmite a su hermana apretando su mano.
[3] Cuando la pintura se exhibió por primera vez en 1856, se le indicó a Millais que en los arcoíris dobles, el arcoíris secundario invierte el orden de los colores.
Millais había pintado originalmente los colores en el mismo orden en ambos arcoíris.
[4] Una mariposa carey descansa sobre el chal raído de la joven ciega, lo que implica que se mantiene muy quieta, en silenciosa comunión con la naturaleza.