Los ciudadanos ya no se reproducen, sino que cuando lo desean, su memoria se almacena en un gran banco de datos y su cuerpo es desintegrado.
Cuando ellos lo han dispuesto o cuando el ordenador central lo elige, son recompuestos con apariencia adulta, pero sin recuerdos, que recuperarán a una edad determinada.
Además, los habitantes de Diaspar tienen un miedo extremo al exterior, a todo lo que está fuera de la ciudad, y se niegan a explorarlo.
Sin embargo, hay alguien que se sale de la regla, y ese es Alvin.
Tras usar el transporte, llega a una ciudad al aire libre, situada entre montañas, en la cual los humanos se habían desarrollado a la manera normal durante muchas generaciones (llama mucho su atención la existencia de niños, gente con pelo sobre su cabeza, uñas, cosas todas ellas eliminadas de Diaspar).