La dama de Shalott (pintura)

Como pintor prerrafaelita, romántico y clasicista, a Waterhouse le gustaba la temática de corte medievalista fantástico.

En ese momento, el espejo se quebró, las telas salieron volando por la ventana y la maldición cayó sobre ella.

Los versos del poema de Tennyson que corresponden a esta escena son:

-como un audaz vidente en trance, contemplando su infortunio- con turbado semblante miró hacia Camelot.

Y al final del día la amarra soltó, dejándose llevar; la corriente lejos arrastró a la Dama de Shalott.

Escucharon una tuna lastimera, implorante, tanto en alta voz como en voz baja, hasta que su sangre se fue helando lentamente y sus ojos se oscurecieron por completo, vueltos hacia las torres de Camelot.

Se nos muestra una muchacha indefensa, con una simple túnica blanca soltando el bote hacia su destino, con un farol colgado en la proa donde ha dispuesto un crucifijo y tres velas.

La riqueza de color y los magníficos detalles solo se utilizan para enfatizar la figura central.

Mirando a Lanzarote , 1894.
Cansada estoy de las sombras, dijo la dama de Shalott , 1915.