Aquí se destaca un grupo de tres personajes bien vestidos y figuras secundarias sombreadas.
La parte occidental del lienzo está realizada con poca luz y pinceladas casi imperceptibles.
Al fondo se aprecia la iglesia de San Francisco el Grande.
Goya presenta usos y costumbres de la sociedad madrileña, como el hombre que observa con monóculos los objetos, la petimetra que señala con el abanico algún producto y quien negocia precios con el vendedor.
Especialmente los dos majos reciben fuerte iluminación y pinceladas rápidas, centrando Goya su atención en los reflejos metálicos hechos en un magnífico tono gris plata.