La florista de la reina es una película española de drama histórico estrenada en 1940, dirigida por Eusebio Fernández Ardavín y protagonizada en los papeles principales por Ana Mariscal, María Guerrero y Alfredo Mayo.
[1] La película, ambientada en el Madrid de finales del siglo XIX, es una adaptación de la obra de teatro homónima escrita por su hermano Luis Fernández Ardavín.
[3] Juan Manuel es un poeta que se traslada a Madrid en busca del éxito.
Durante el viaje en ferrocarril conoce a un crítico teatral, que promete presentarle a los intelectuales que acuden habitualmente al Café de Platerías, como Mariano de Cavia o Federico Chueca, entre otros.
Juan Manuel, enfermo de tisis, es atendido y curado por Flor, una florista que conoció en el café.