[1] En el mismo, Wigner observó que la estructura matemática de una teoría física a menudo señala el camino para futuros avances en aquella teoría o incluso en predicciones empíricas.
Wigner comienza su artículo con la creencia, común entre quienes están familiarizados con las matemáticas, de que los conceptos matemáticos tienen aplicabilidad más allá del contexto en que son originalmente desarrollados.
Eso nos daría un profundo sentido de frustración en nuestra búsqueda por lo que denominé 'la verdad definitiva'.
Estas incluyen a Richard Hamming[4] en ciencias de la computación, Arthur Lesk^~ en biología molecular, Peter Norvig en minería de datos, Max Tegmark en física, Ivor Grattan-Guinness en matemáticas y Vela Velupillai en economía.
Eddington fue tan lejos como para proclamar que una mente suficientemente sensata podría deducir toda la física, ilustrando su punto con el siguiente chiste: "Algunos hombres fueron a pescar en el mar con una red, y al examinar lo que habían capturado concluyeron que había una medida mínima para los peces en el mar."
Por ejemplo, cuando los escalares resultaron incómodos para entender las fuerzas, primero los vectores, luego tensores, fueron inventados.
Hamming, cuyo campo del conocimiento dista mucho de la biología, por otra parte dice poco para diluir problema.
[7][10] La misma interpretación había sido adelantada algunos años atrás por Peter Atkins.
[11] En esta interpretación, las diversas aproximaciones que constituyen nuestras teorías físicas actuales son exitosas porque las estructuras matemáticas sencillas pueden proporcionar buenas aproximaciones de ciertos aspectos de estructuras matemáticas más complejas.